- Los ejercicios deben responder al objetivo de aprendizaje marcado para cada tema. No se trata de preguntar por preguntar, sino de ayudar a que el alumnado aprenda.
- Cada pregunta se debe entender fuera del contexto del tema. De esta manera, se podrá hacer uso de ella, por ejemplo, al terminar una unidad didáctica o para un examen al final del curso. Es preferible una redacción larga y clara que una pregunta confusa.
- Procura un grado de dificultad mas o menos homogéneo. En general, evita las preguntas obvias e intenta poner a tu alumnado ante ejercicios que verdaderamente supongan un reto.
- Asegúrate de que la pregunta se entiende y de que las respuestas están bien redactadas. Deja reposar los ejercicios un par de días e intenta responder tú mismo a las preguntas.
Para preparar exámenes tipo test de forma adecuada, tenemos este artículo de Charo Repáraz: "La construcción de pruebas objetivas".
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